martes, 26 de febrero de 2013


B 1.2 CONTENIDOS ESPECÍFICOS DE LA EDUCACIÓN CÍVICA

Elaborado por: Alma Rocio Flores Barrera y Sandy Nayeli Fragoso Flores

La educación es de los principales medios en los que el niño puede adquirir y desarrollar valores que conforman el entorno humano y también desarrollar ciertos hábitos positivos que conducen al bien. La educación moral siendo un contenido relevante de la educación integral permitirá volver estable la conducta, enfrentarnos a un sinfín de problemáticas.

Dentro de la educación básica este aspecto juega el papel de hacer que el individuo acepte, de acuerdo con Puing Rovira (1989), como necesarias las normas sociales que se le han impuesto, dado que dentro de lo se aprende en la educación moral todo es impuesto por el ambiente en donde se desenvuelven los sujetos.

Por lo tanto, como parte de la educación no se debe dejar de lado ya que de alguna manera nos ayudará a conservar las normas sociales y plantearnos día con día una mejora, los valores permitirán todo esto.

Sabemos que la formación de valores y actitudes como parte educativa es muy importante, tanto como la adquisición del conocimiento, por lo que, esta educación, en primer estancia se inicia en el contexto socio-familiar del niño y viene a reforzarse en la etapa escolar en donde como docentes abrimos ese espacio para que el alumno ponga en práctica sus valores y actitudes comprendiendo que todos sin excepción alguna tienen tantos derechos como obligaciones que le permitirán al alumno  fortalecer y valorar su persona como sujeto de aprendizaje capaz de mejorar día cada vez más a partir de la identidad nacional que se desarrolla como parte social en cualquier ámbito.

Pues bien, la escuela apoyará en el desarrollo de dos aspectos importantes, uno la convivencia social, cultural, familiar, escolar, etc y la otra parte la adquisición de un sentido de pertenencia que le permita al sujeto despertar y llevar a cabo valores que permitan trascender como persona.

Los valores y las actitudes son la base de todo que permitirá el acceso y la facilitación de todo conocimiento que el ser humano día a día adquiere, es decir, se estará educando para la vida, para ello se considera que el alumno tiene que vivir el sentido de su libertad y responsabilidad familiar y claro también escolar, escuchar al alguno permitiendo el diálogo.

Como docentes debemos ofrecer una escuela donde la educación sea más que solo letras y números, es decir, una escuela más humanista que fortalezca a los alumnos como individuos que tienen claro que la vida se va haciendo cada día más exigente obligando a los alumnos a comprender la gran diversidad de valores y actitudes que son base en su formación.

Es así como la escuela resulta ser un espacio social que con la ayuda del currículum, selecciona, ordena y desarrolla una serie de contenidos que tienen un referente social enfocado a una construcción de la personalidad moral.

Bibliografía
·       Ferry, Jules, “Curricular dirigida a los maestros, referente a la enseñanza moral y cívica. París, 17 de noviembre de 1883”, tomado de la página de Internet de la Academía de Grenoble, Ninistère de I’éducation nationale, de la recherche et de la technologie, Francia, pp 1-9.
·       Puig Rovira, Josep Ma. y Miquel Martínez Martín (1989), “Educación moral y curriculum escolar” y “Actividades específicas de educación moral”, en Educación moral y democracia, Barcelona, Leartes (Pedagogía, 62), pp. 171-177.

domingo, 24 de febrero de 2013


B 1.1 La convivencia cotidiana en el aula y en la escuela

Por: Alma Rocio Flores Barrera y Sandy Nayeli Fragoso Flores



    Dentro de la escuela primaria sucede un sinfín de acontecimientos día a día que de una u otra manera involucran a uno de los protagonistas principales, el alumno. Pero también el profesor es participe de dichos sucesos debido a que junto con los alumnos son los que están en contacto con ellos durante la jornada escolar.


     Un punto importante a resaltar es la convivencia que se da en el aula y en la escuela, pues recordemos que anteriormente en el siglo XIX los niños estaban sometidos a lo que las normas y principios que se le imponían y Ballesteros y Usano (1964) nos dice que los niños no podían expresarse como tal y solo se les enseñaba lo que la escuela tradicionalista consideraba le servían como únicos reguladores para sus determinaciones (bondad, sinceridad, religiosidad etc.).


     Actualmente podemos decir que los niños pueden expresarse libremente, ya no pueden ser reprimidos por el maestro al contrario debe de existir una buena relación entre éstos, ya que de ello depende que se genere un clima adecuado para posibilitar el aprendizaje, de ahí la importancia de que la convivencia y el aprendizaje sean elementos clave para que el alumno se apropie de conocimientos.


     Por otro lado los niños están en constante socialización, tal  proceso es producto de una interacción constante, entre el niño y su entorno, lo que le permitirá la adquisición de valores, normas y costumbres, como nos menciona López, F. (1995) dicho proceso se formará a partir de tres premisas fundamentales: procesos mentales de socialización, procesos afectivos de socialización y los procesos conductuales de socialización, donde los padres imponen, estimulan y refuerzan conductas “aceptables” a la cultura, dichos procesos nos ayudaran a desarrollar y reforzar la erudición del aula y la escuela en la convivencia para que los alumnos aprendan a ser personas autónomas, decididas, demócratas y libres desde esta pararte de la convivencia.


     No debemos de olvidar que las actitudes de los alumnos se reflejan en las acciones que realizan, un niño puede ser agresivo si en su casa sufre de maltrato por lo que no tiene una buena relación con los demás. En el recreo es donde se puede ver la convivencia que hay entre los niños y sus iguales así como también el cómo los maestros conviven con sus alumnos, estableciendo estos vínculos de convivencia que permiten disfrutar esa parte sensibilizadora y afectiva del ser humano.


     Philip Jackson (1999) relata en su libro "Enseñanzas implícitas" cómo una de las docentes la Señora Martin, lograba hacer del aula un sitio atractivo, de placer y luminosidad. Lo llama: "clima de la clase" y trata de encontrar las razones y las prácticas que lo provocan. Señala Jackson que la maestra siempre toma en serio los incidentes pero no los trata en privado. Aún cuando reconforta al niño rara vez se dirige a él en un tono bajo. Discute lo ocurrido transmitiendo simpatía y preocupación en un intercambio que puede ser oído y presenciado por todos. La franqueza es la característica de esas conversaciones y la manera de tratarlo me parece tener un efecto calmante. Prácticamente, sostiene el autor, resulta imposible distingue la voz del consuelo de la voz de enseñanza. (Educared, el clima en el aula)

        Por lo tanto, como maestros debemos establecer vínculos de comunicación no solo en el aula sino con todos los que se involucran directa e indirectamente en la educación. Dentro del salón de clase los maestros debemos ser intermediarios entre las pláticas que tienen los alumnos no dejando a un lado como nos dice Francois (1998) el que se escuchen mutuamente los alumnos unos a otros sin faltas de respeto, siempre con la verdad.  

     Es importante mirar cómo nos dirigimos hacia los alumnos para que la convivencia sea amena por parte de los dos lados, pues no debemos olvidar que como docentes, padres de familia y adultos en general somos modelos que los alumnos observan y que sin duda alguna lo reflejan en cualquier ámbito, es así como debemos de ser curiosos investigadores que saben abrir espacios para los alumnos de tal manera que el aula y la escuela se convierta en un lugar de aprendizaje compartido, de convivencia que se enriquezca de valores para alcanzar diversos logros, enfatizando los vínculos de convivencia en el aula y en la escuela desde la parte cognitiva, de lenguaje, lo afectivo, el movimiento y la autonomía.


*Bibliografía y Cibergragía*


*Dubet Francois (1998) "El niño y el alumno", "El grupo y los amigos" y "Resistencia y competencia", En la escuela. Sociología de la experiencia escolar, Eduardo Gudiño Kieffer (trad). Buenos Aires, Losada pp. 102 - 126.
*López, Félix (1995). "Desarrollo social y de la personalidad" en Jesús Palacios et al. (comps.), Desarrollo psicológico y educación, I. Psicología Evolutiva, Madrid, Alianza (Psicología, 30), pp. 99 - 112 [primera edición en español, 1990].
*Philip, Jackson (1999), "Enseñanzas implícitas", Editorial Amorrortu. Colección: Agenda educativa. Directora: Edith Litwin. Buenos Aires.
*Puig Rovira, Josep Ma. "Educación moral y diálogo" y "Toma de conciencia y diálogo", en Josep Ma. Puig Rovira y Héctor Salinas (colaborador). Toma de conciencia de las habilidades para el diálogo, Materiales para la educación ética y moral (Educación secundaria). Madrid. Didáctica CL&E. 1993, 7 - 22.